1590 ACOSTA, JOSÉ DE, Historia natural y moral de las Indias
1590 ACOSTA, JOSÉ DE, Historia natural y moral de las Indias [España] [José Alcina Franch, Madrid, Historia 16, 1987] Zoología y paleontología
y conserva de Guanuco, y aceite de higuerilla y otras cien cosas, que bien aplicadas y a tiempo no las tienen por de menor eficacia que las drogas que vienen de Oriente, como podrá entender el que leyere lo que Monardes ha escrito en la primera y segunda parte, el cual también trata largamente del tabaco, del cual han hecho notables experiencias contra veneno. Es el tabaco un arbolillo o planta asaz común, pero de raras virtudes; también en la que llaman contrayerba y en otras diversas plantas, porque el autor de todo repartió sus virtudes como él fué servido, y no quiso que naciese cosa ociosa en el
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que bien aplicadas y a tiempo no las tienen por de menor eficacia que las drogas que vienen de Oriente, como podrá entender el que leyere lo que Monardes ha escrito en la primera y segunda parte, el cual también trata largamente del tabaco, del cual han hecho notables experiencias contra veneno. Es el tabaco un arbolillo o planta asaz común, pero de raras virtudes; también en la que llaman contrayerba y en otras diversas plantas, porque el autor de todo repartió sus virtudes como él fué servido, y no quiso que naciese cosa ociosa en el mundo; mas el conocello el hombre y saber usar de ello como conviene
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estas sabandijas ponzoñosas, tratándolas como si no lo fueran, por haberse criado todos en este ejercicio. Para hacer el ungüento de éstas, tomábanlas todas juntas, y quemábanlas en el brasero del templo, que estaba delante del altar, hasta que quedaban hechas ceniza, la cual echaban en unos morteros con mucho tabaco (que es una yerba de que esta gente usa para amortiguar la carne y no sentir el trabajo); con esto revolvían aquellas cenizas, que les hacía perder la fuerza; echaban juntamente con esta yerba y ceniza algunos alacranes y arañas vivas, y cientopies, y allí lo revolvían y amasaban, y después de
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, por lo cual le llamaban todos medicina divina, y así acudían de todas partes a las dignidades y sacerdotes como a saludadores, para que les aplicasen la medicina divina, y ellos les untaban con ella las partes enfermas, y afirman que sentían con ella notable alivio, y debía esto de ser, porque el tabaco y el ololuchqui tienen gran virtud de amortiguar, y aplicado por vía de emplasto, amortigua las carnes esto solo por sí, cuanto más con tanto género de ponzoñas, y como les amortiguaba el dolor, parecíales efecto de sanidad y de virtud divina, acudiendo a estos sacerdotes como a hombres santos, los cuales traían
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